Medio Natural
Como dinamizadora de toda la comarca la villa de Melide representa un pequeño núcleo urbano dominado por el comercio y su gran capacidad como abastecedora de servicios de toda la comarca y municipios limítrofes. Una función terciaria que no deja de verse imbuida de un hondo sentido cultural que podemos encontrar, principalmente, en su folclore, en el habla de sus gentes, en su peculiar patrimonio gastronómico del interior de Galicia y, como no, en el saber cultural que fueron suministrando los artesanos: zoqueros, zapateros, canteros, herreros y otros oficios.
Una villa que se ve rodeada de un extenso y hermoso espacio rural, con una cultura campesina milenaria que sigue perviviendo hoy en día. Lugares tan hermosos como todo el entorno del río Furelos, las “fervenzas” naturales de Brañas, los montes del Bocelo y la sierra del Careón, el castro de la Graña… y a menos de cuarenta y cinco minutos de camino las principales ciudades gallegas: Santiago, Lugo y A Coruña.
Una comarca en el centro de Galicia que ya fue documentada en el año 1933 por el Seminario de Estudos Galegos y que hoy vuelve a florecer en manos de un sector primario y terciario de gran prestigio, y cómo no, gracias al turismo que gira alrededor del Camino de Santiago y de su propia naturaleza. Por tanto, una tierra en la que la mezcla de tradición y modernidad se ve reflejada en la villa de Melide.
Situación Geográfica
Nos encontrarás en el corazón de la Tierra de Melide, una encrucijada de caminos y la tierra de deliciosos quesos, carne y dulces. Podréis encontrarnos en la ciudad de Melide, justo en frente del albergue para peregrinos que viajan a lo largo del Camino de Santiago.
El Camino de Santiago
Chiquitín se encuentra a pie del Camino de Santiago: está situado en la encrucijada de los Camino de Santiago y es cortado por el Camino Francés y el Camino Primitivo.
El Camino Francés, o ruta de las Estrellas, se caracteriza por su gran popularidad y extraordinaria riqueza paisajística, cultural y artística. En sus casi 800 kilómetros de longitud el peregrino podrá disfrutar de una variedad de paisajes y rincones con mucha magia.
El Camino Primitivo fue la primera ruta de peregrinación de la que se tiene constancia: es la que siguió el Rey Alfonso II, hacia el primer tercio del siglo IX, desde la entonces capital del Reino, Oviedo.